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Soñando acres

El Black Oregon Land Trust busca reclamar la tierra y redefinir la justicia alimentaria.

“No se puede hablar de justicia alimentaria sin hablar de la tierra," dijo Qiddist Ashé. "La tierra es la semilla. Es la base de la cultura, la soberanía, la sanación y de las posibilidades".

Qiddist dirige el Black Oregon Land Trust (BOLT), una organización que devuelve tierras a líderes de las comunidades negra y de pueblos originarios. Gran parte de esta tierra fue arrebatada en el pasado tras un trato injusto, racismo y desplazamiento forzado. BOLT trabaja para construir acceso, equidad y sostenibilidad a largo plazo mediante la propiedad colectiva.

BOLT se formó en 2021, durante la pandemia de COVID-19 y, desde entonces, se ha vuelto un ejemplo de justicia de la tierra en Oregón. En ella se da apoyo para educar a personas jóvenes, apoyo para la adquisición de tierras, se ofrecen programas de sanación y se da apoyo a agricultores. En colaboración con Oregon Food Bank y Rooted + Rising están desarrollando el marco de trabajo que se necesita para sostener un momento que se arraiga en la justicia alimentaria. Este movimiento genera alimento nutritivo, conexiones culturales y la libertad a libertad de forjar un futuro autodeterminado con dignidad BOLT ayuda a las familias de las comunidades de personas negras y de pueblos originarios a acceder de forma segura a la tierra. De esta manera, genera oportunidades para desarrollar riqueza generacional, al tiempo que se fortalece la conexión con la tierra, la comunidad y la cultura.

Aria Charles, coordinadora de desarrollo y operaciones de BOLT, es una apasionada del cultivo de alimentos y de la comunidad. Junto con Qiddist, trabaja para corregir los conceptos erróneos que se han tenido por mucho tiempo y para movilizar a las personas responsables de la generación de políticas para que traten el acceso a la tierra y la inseguridad alimentaria como parte del mismo problema.

"Desafiamos esos estereotipos con el solo hecho de ser un grupo de personas negras que tienen varias hectáreas de tierra que cultivan en Oregón", dijo Aria.

BOLT cree que la justicia alimentaria significa proteger a las personas, la tierra y los recursos que hacen posible una alimentación sana.

"De hecho, no puedo pensar en la justicia alimentaria sin las bases que necesita una comunidad para prosperar", dijo Qiddist. "La tierra es la base, no sólo de la soberanía alimentaria, sino de la cultura, el hogar y la comunidad".

Aria lo dijo aún más claro:

“Se necesita tierra para cultivar alimentos. Están completamente interconectados”.

Comunidad en crecimiento

BOLT surgió a partir de las conversaciones entre agricultores y organizadores en respuesta a las alteraciones que causó la crisis de COVID-19. Cuando los sistemas fallaron y las desigualdades se agravaron, imaginaron un futuro diferente, basado en la tierra y la resiliencia.

"Los agricultores negros intentaban hacer de todo: cultivar alimentos, cambiar la política, construir una comunidad", recuerda Qiddist. "Así que nos preguntamos: ¿y si una organización llevara una parte de ese peso?"

En sólo tres años, BOLT se ha convertido en esa organización.

La justicia es la raíz

El año pasado BOLT ayudó a asegurar fondos para comprar nueve acres de tierra para Roberta eaglehorse-Ortiz, una practicante de bienestar de pueblos originarios y agricultora cuyo sueño era crear un espacio para la pesca, la medicina tradicional a basE de hierbas y las prácticas culturales de los pueblos originarios.

Cuando Roberta no pudo recibir la financiación original, acudió a BOLT Con el apoyo de la comunidad en general, BOLT ayudó a recaudar 40.000 dólares con pequeñas donaciones, demostrando el poder del impulso popular y la generación de recursos en colaboración. Lograron adquirir el terreno mediante donadores de la comunidad y un préstamo privado de bajo interés de $150,000. Hoy en día, Roberta y su comunidad administran la tierra. En los próximos dos años, BOLT planea transferirle totalmente la propiedad. Esta sería la primera transferencia de tierra de BOLT y representaría un hito en la visión de alcanzar equidad mediante la propiedad.

Roberta y Qiddist conectaron por primera vez mientras cultivaban en la Unity Farm de Oregon Food Bank en 2017. Más tarde, Roberta y su hijo se ofrecieron para dar servicio voluntario en la construcción de la yurta en la sede de Mother(s)land de BOLT.

"Roberta lleva mucho tiempo en la comunidad y me pareció bien que esta tierra volviera a manos de alguien que la honrará", dijo Aria.

Su visión para los próximos tres a cinco años es ambiciosa y fundamentada a la misma vez. Qiddist define el éxito como la obtención de más tierras para conservarlas y para las personas de las comunidades negra y de pueblos originarios que trabajan en la agricultura; y el desarrollo de la infraestructura necesaria para sostener este trabajo.

"Aun funcionamos a base de pasión y servicio voluntario", afirmó. "Pero necesitamos estabilidad.

BOLT también invierte en liderazgo, cultivando una nueva generación de jóvenes con educación sobre la tierra, con raíces en la comunidad que cultivan alimentos, administran los ecosistemas y se organizan por la justicia.

Un nuevo tipo de fideicomiso de tierras

Mientras que la mayoría de los fideicomisos de tierras de EE.UU. se centran en la conservación que separa a las personas de la tierra, BOLT adopta una verdad diferente: la conservación y la administración humana pueden coexistir. Su modelo, arraigado en una cosmovisión de pueblos originarios, considera la tierra no una propiedad, sino un pariente vivo al que hay que cuidar en una relación.

BOLT ofrece múltiples vías de acceso a la tierra: Una parte de la tierra se mantiene en fideicomiso para la gestión comunitaria; otra se destina a la vivienda propia con terrenos en régimen de arrendamiento; y otra permite la propiedad total, fomentando la estabilidad a largo plazo y la acumulación de riqueza generacional.

"La gente se sorprende al ver que es algo de muchos matices", afirma Qiddist. "Pero para nosotros es una vuelta a una cosmovisión de los pueblos originarios. Los humanos y la conservación no son opuestos".

Sin embargo, este trabajo requiere algo más que visión. Requiere estabilidad, y ahí es donde la alianza entre Oregon Food Bank y Rooted + Rising han sido esenciales.

Cultivar las relaciones

La alianza entre BOLT y Oregon Food Bank comparten un compromiso central: La justicia alimentaria y la justicia de la tierra deben ir de la mano.

Rooted + Rising ha abierto vías de financiación nacionales, ha aumentado la visibilidad de BOLT como organización joven dirigida por personas de las comunidades negra, de pueblos originarios y personas de color (BIPOC, por sus siglas en inglés)y ha ayudado a crear la infraestructura — desde la dotación de personal hasta las operaciones — necesaria para mantener su visión. Este apoyo hace que BOLT siga avanzando hacia un futuro en el que el acceso a los alimentos y a la tierra lo determine la justicia, no la raza o los ingresos.

Desde la restauración hasta la gestión ganadera, cada parte del trabajo de BOLT pertenece a una historia más profunda: reparar, recuperar y reimaginar.

"Cuidar de la tierra no solo tiene que ver con plantar árboles", dice Aria. "Se trata de relaciones: con la tierra, con la gente, a través de generaciones y geografías".

Esas relaciones son sagradas.

. "La tierra es un ser vivo. No es sólo algo que usamos. Es alguien que conocemos. Alguien con quien tenemos parentesco", dijo Aria.

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